martes, 23 de septiembre de 2008

Tu Segunda Caída

Aún recuerdo esa noche en la que me llamaste para contarme como había sido tu día y sentí que no me querías contar algo que a pesar de estar conversando por teléfono y yo no podía ver tu cara al contarme lo sucedido ese día, yo lo sospechaba, hablabas de otras cosas y te debas vueltas en otros temas que no tenían nada que ver con lo que yo te estaba preguntando y como soy media bruja para mis cosas, rara vez mi instinto brujeril me falla, y claro, esa vez no fue la excepción, te pregunté mil veces y tu la muy cara dura me lo negaste las mil veces pero fue la vez numero mil uno que me lo dijiste, te habías metido con el papá de una apoderada del colegio de tu hijo, un anciano que quizás como será, y tu excusa –barata- fue que las otras apoderadas te habían molestado toda la noche con el anciano ese, así que cediste ‘ante sus encantos’, según para darle en gusto a las demás viejujas que asistieron a la fiesta del colegio, la diferencia entre el anciano y la tipa del ciber fue que con el viejo no fue solo un ‘piquito’, sino que uno con todo, aunque me negaste que te acostaste con el viejo –tal vez por que en ese momento no tenían viagra, jajaja- pero no sé por que pero no dudé si había sido algo mas que unos besucones. Así es que terminé contigo algo que aún no se concretaba físicamente, y tal vez no era mucho lo que te quería o tal vez si, aunque a estas alturas del partido ya no recuerdo para nada.

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