martes, 16 de septiembre de 2008

Largas Conversas

Tus insistencias no cesaron y seguiste insistiendo en querer algo conmigo, ya la relación que teníamos de amistad comenzó a tomar otro rumbo, ya las conversaciones por chat se hacían mas que extensas, nos quedábamos chateando hasta largas horas de la madrugada, sin importar que al otro día debía volver a trabajar, primero era la sesión con tu hijo en donde me contaba de su día en el colegio, de sus compañeros, sus amigos del otro condominio (los fines de semana), de su pequeño mundo y sus aventuras, y su demostraciones de cariño, y las miles de ganas que tenía por conocerme, pero yo seguía con el miedo pero a la vez con el bichito picándome por salir de la duda y experimentar algo que mi cuerpo, mi corazón y mi mente insistían en querer probar y conocer ”lo prohibido”, entiéndase que en el plano social y mi entorno familiar.

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